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Tratamiento láser para varices.

Como ya hemos mencionado en publicaciones anteriores, las várices constituyen una patología multifactorial, que ameritan un manejo adecuado por parte del especialista, contando con una gran cantidad de opciones terapéuticas, que en su mayoría suelen combinarse para obtener el resultado esperado. En esta entrada haremos referencia al láser como opción terapéutica.


El láser es un recurso terapéutico que ha experimentado un incremento marcado en cuanto a sus indicaciones y por esto se está utilizando para tratar una gran variedad de problemas de piel. Actualmente se cuenta con diversos sistemas de láser que permiten tratar un sinfín de enfermedades cutáneas que hasta hace poco tiempo no contaban con tratamiento adecuado o tenían poco resultado estético. Este sistema se basa en la utilización de una luz potente generada por un láser, que afecta la hemoglobina dentro de las venas y genera su coagulación, sin afectar los tejidos circundantes. Este proceso se llama fotocoagulación selectiva.


Para tratar la insuficiencia venosa se suelen utilizar dos tipos de láser principalmente:


Laser transdérmico: consiste en la aplicación de un rayo de luz para tratar pequeñas varices de hasta 4 milímetros, así como telangiectasias, en donde las otras técnicas suelen ser menos útiles, siendo así una opción moderna, con resultados satisfactorios en un promedio de 4 sesiones de 30 minutos aproximadamente, realizadas a intervalos de 2 a 4 semanas, sin embargo en aquellos pacientes con varices diseminadas se pueden requerir hasta 6 sesiones.

Las complicaciones son muy raras, y en general son localizadas en la piel, como manchas o pequeñas costras, y se resuelven en pocos días. El tratamiento es bien tolerado por la mayoría de los pacientes con una reincorporación inmediata a actividades cotidianas.

Lo más interesante de esta técnica es que nos permite dar continuidad a pacientes que fueron sometidos a intervenciones quirúrgicas previamente y requieren algunas sesiones para obtener el mejor resultado estético posible.


Endolaser.


En este caso la cirugía de varices con láser, también conocida como endoláser, es un técnica mínimamente invasiva utilizada para la eliminación de lesiones de mayor tamaño tales como aquellas ubicadas en la vena safena. En este tipo de procedimiento, una fibra óptica conectada a un láser de diodo, es introducida en el interior de la vena que se quiere esclerosar. La energía asociada al láser induce un proceso fototérmico irreversible, que provoca el cierre de la vena tratada.

El láser endovenoso es una de las alternativas más eficaces y confortables en el tratamiento de las varices graves, ya que permite resolver de forma segura, rápida y evitando la hospitalización.


La operación es breve, se realiza con anestesia local y es asistida en todo momento mediante control de ultrasonidos (eco-doppler). Su tasa de éxito es cercana al 100%, por lo que suele ser utilizada en pacientes para los que la cirugía tradicional no ha dado resultados.


El postoperatorio de una cirugía de varices endoluminal es muy ventajoso en comparación a otras técnicas que requieren una cirugía abierta durante la que se extrae la vena safena. En primer lugar, no requiere hospitalización, aunque podrá ser necesario llevar bandas de compresión durante 2 días, especialmente durante las horas de actividad. En segundo lugar, se minimizan las contusiones y la hinchazón posterior (70% de los pacientes afirman sentir únicamente molestias suaves.


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